Como profesionales, todos hemos escuchado estas palabras en algún momento. A veces lo tomamos a broma, y otras nos parece un poco insultante, ya depende de como nos pille el día.
Pero en realidad, la gente quiere decir con esto que se le da bien escuchar, es decir, que practican la escucha activa, o que dan buenos consejos a la gente. Los psicólogos sabemos bien que esto no es psicología, y que son actitudes que no solo mostramos (o debemos mostrar) los psicólogos y psiquiatras, sino que también las desarrollan las personas de manera habitual. Pero esto lo vemos más adelante.
Nosotros, como yo le digo a mis alumnos: “no damos consejos de la vecina del 5º”. Eso lo hace el vecino, el amigo, el padre, … Pero nosotros NO hacemos esto. Escuchar activamente sí, ¡claro! Si no, mal andaríamos.
Los que nos dedicamos a esta profesión tan maravillosa, como es la psicología, sabemos que escuchar bien es solo una de las múltiples habilidades que se requieren para ser un buen profesional, pero entendemos que, cuando alguien nos dice algo de este tipo, quiere hacernos entender que tiene esta habilidad. Y es muy positiva y necesaria, como la empatía, pero desde luego que no es suficiente para considerar a alguien psicólogo.
Como psicólogos, estudiamos los principios del comportamiento humano, la anatomía y funcionamiento del cerebro, los neurotransmisores, las hormonas… Estudiamos estadística, para poder analizar e interpretar correctamente los datos obtenidos en la investigación. Estudiamos el lenguaje, la percepción, la motivación, las emociones, el desarrollo evolutivo, las patologías, la personalidad, el pensamiento, instrumentos de evaluación, metodología, … Y tantas cosas que aprendemos a lo largo de 4 (o 5, en el caso de licenciaturas), que a veces nosotros mismos menospreciamos y pensamos que para poco sirven, porque es cierto que en muchas ocasiones se alejan de la realidad que luego se vive a nivel profesional. Pero que son, y siempre serán, necesarias de ser aprendidas.
Como fiel defensora de la formación y la experiencia, creo que una no puede hacerse bien sin la otra. Mucha formación sin experiencia cae en un saco vacío, y experiencia sin formación, en el ámbito de la psicología, parece inviable.
Sin embargo, salimos de la universidad con un saco de teoría a cuestas, sin saber muy bien qué hacer con ella. Aunque algunas universidades españolas tratan de cambiar en este ámbito y enseñar más práctica, lo cierto es que seguimos viajando en el paradigma teórico de antes, en muchos sentidos, y los estudiantes de psicología no tienen las habilidades necesarias, ni de lejos, de enfrentarse al tratamiento de una persona cuando finalizamos los estudios.
Como psicólogos, necesitamos tener ciertas habilidades para afrontar nuestra profesión. Las dividimos en dos:
- Habilidades terapéuticas, que están relacionadas con la técnica, el procedimiento, el método y el conocimiento científico-técnico en sí mismo.
- Habilidades del terapeuta, que están asociadas con la habilidad del profesional, y que tienen que ver con la forma, características y modos de ejercicio, así como las condiciones, habilidades y destrezas personales.
Las principales habilidades terapéuticas del psicólogo son las siguientes:
– Ser directivo y activo
– Tener un comportamiento asertivo profesional
– Manejar adecuadamente instrumentos de evaluación
– Tener capacidad para motivar al paciente
– Mantener un buen control emocional
– Elaborar informes
– Tener habilidades y capacidad de comunicación
Y cuando hablamos de características generales del terapeuta, según algunos autores, como Ruiz y Villalobos (1994), nos referimos a las siguientes:
– Interés sincero por las personas y su bienestar.
– Saber y aceptar que hay estilos de vida diferentes.
– Autoconocimiento. Conocer recursos y limitaciones tanto personales como técnicos.
– Autorregulación.
– Tener un buen ajuste psicológico general.
– Experiencia vital. Una amplia experiencia vital facilita la comprensión de los sentimientos y vivencias de los pacientes y la búsqueda de soluciones a los problemas de estos.
– Conocimiento de contextos socioculturales diversos.
– Energía y persistencia.
– Flexibilidad. Adaptar sus métodos y técnicas a los problemas y características de cada cliente.
– Cumplimiento de principios éticos y profesionales establecidos en el código deontológico de la profesión.
Estas características deben estar presentes en el psicólogo, pero como todo en esta vida, tienen su evolución, que debe ir de menos a más y siempre a mejor.
Y por último, hilando con el inicio del artículo, hablaríamos de algunas actitudes del terapeuta que favorecen la relación y el vínculo con el paciente (o cliente, o consultante, como más cómodo lo sientas), y que son claves para ayudarles en terapia, como a algunas personas les ayuda en sus relaciones. Entre ellas encontramos:
- Empatía, que no es “ponerse en el lugar del otro”, sino entender a la otra persona según su propia singularidad, de forma idiosincrásica, y comunicarle de forma manifiesta al paciente que entendemos los sentimientos y el significado que tienen para él.
- Aceptación incondicional, que se refiere a esa actitud de no juicio, que debe de estar presente en todas nuestras terapias, y aceptar al paciente en su totalidad y complejidad
- Autenticidad, implicaser uno mismo, comunicar los propios sentimientos y experiencias internas, siempre en beneficio del paciente, no en beneficio propio.
- Escucha activa, que consiste enrecibir el mensaje, procesar los datos atendidos y emitir respuestas de escucha.
Como podemos comprobar, la psicología es una disciplina científica compleja, llena de peculiaridades y recovecos. Y esto es solo una patita.
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BIBLIOGRAFÍA
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- Fernández-Liria, A., Rodríguez-Vega, B. & cols. (2010). Effectiveness of a structured training program in psychotherapeutic skills used in clinical interviews for psychiatry and clinical psychology residents. Psychotherapy Research, 20(1): 113-121. https://doi.org/10.1080/10503300903131907
- Jennings, L., Goh, M., Skovholt, T. M., Hanson, M., & Banerjee-Stevens, D. (2003). Desarrollo de habilidades terapéuticas: Percepciones de terapeutas expertos. Journal of Counseling Psychology, 50(2), 139-149. https://doi.org/10.1037/0022-0167.50.2.139
- Anderson, T., Ogles, B. M., Patterson, C. L., Lambert, M. J., & Vermeersch, D. A. (2009). Evaluación de las habilidades del terapeuta y la alianza terapéutica. Psychotherapy Research, 19(2), 201-213. https://doi.org/10.1080/10503300802621120
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